Leo Matiz, El último gitano de Macondo
- Especial Ando Viajando
- 20 jun 2016
- 7 Min. de lectura
Nuevamente GT Comunicaciones se complace en compartir con todos sus lectores un especial sobre el gran Leo Matiz que fue publicado recientemente en la edición del mes de junio de la revista "Ando Viajando", en la cual nos narra acerca de su vida, sus obras, viajes y los personajes más cercanos a este reconocido artista natural de Aracataca, cuna también de Gabo, nuestro Premio Nóbel de Literatura.

Una de sus mejores y más icónicas obras es el "Pavo real del mar", donde una red de pesca se alza sobre el cielo, consiguiendo una composición y un instante de esos que parecen detenerse en el tiempo, obra inmortal y perenne.

Por su cámara pasaron artistas como Celia Cruz o Frida Khalo. Me sugieren más aquella donde el rostro de la pintora mira hacia el cielo, o los juegos de luces y sombras en algunos posados. También impulsó la obra de jóvenes talentos, siendo uno de los primeros en exponer el trabajo del escultor Fernando Botero.
En 1863 se inauguró en París el famoso, "Salón de Refusés". En 1952 se inaugura en Bogotá, en las Galerías Leo Matiz, el Salón de los Rechazados. La historia dirá si tenían razón los señores del jurado al aceptar unos cuadros y rechazar otros. Quizás de esa pequeña revolución que es la apertura de un salón "no oficial", surja un nuevo movimiento pictórico muy nuestro, muy auténtico, del mismo modo que en París surgió, del famoso rechazo oficial, el imperialismo.

Las imágenes abstractas de Leo Matiz, me recuerdan a esos momentos en la fase de un fotógrafo, cuando empieza a encuadrar todo lo que tiene alrededor dándole matices al jugar con las lineas de los elementos del paisaje (rural o urbano), y buscando nuevos ángulos con los que experimentar.
Álbum que se hace extensible a las fotografías donde experimentó con la geografía de las nuevas construcciones. Vemos una afán por la composición perfecta, que sigue las curvas y rectas formando imágenes técnicamente impecables. Nacido en el hogar de Julio Martinez y Eva Espinoza, Leo Matiz fue bautizado con el nombre de Leonardo.

Aprendió sus primeras letras con su madre, acudió a la escuela en Ciénaga y completó su formación escolar en el Liceo Celedón en Santa Marta. Reacio a seguir una carrera convencional, abrazó el oficio de caricaturista. En 1933 la revista "Civilización" de Barranquilla, publicó sus primeros trabajos.
A fines de ese año viajó a Bogotá, donde incursionó en la Xilografía y publicó caricaturas en revistas y a partir de 1937 en el diario "El Tiempo". En 1935 intentó seguir infructuosamente la carrera de mecánica de aviación.
En Bogotá, Matiz cambio la plumilla por la camara fotográfica. En 1937 fundó con el periodista José Joaquin Jimenez, el semanario "Folletón", especializado en crónica policiaca. Viajó luego por todo el país, registrando con su lente los diferentes tipos sociales.En 1940 emprendió un viaje a pie por Centroamérica hasta México, sobreviviendo económicamente con lo que le reportaban sus caricaturas. Se estableció en la capital mexicana, donde habría de permanecer hasta 1947, vinculado a la industria cinematográfica, al lado de Manuel Alvarez Bravo y Gabriel Figueroa. Encubierto, ingresó a la cárcel de Mazatlán, sobre el pacífico mexicano, para fotografiar a los convictos. En 1945 la prensa mexicana lo aclamó como el mejor reportero gráfico de esa nación.

Luego de un incidente que le valió la inquina del Pintor David Alvaro Siqueiros, quien hizo prender fuego a su laboratorio luego de que el fotógrafo le reclamara sobre la propiedad intelectual de ciertas fotografías reproducidas en el mural Cuauthémoc contra el mito, Matiz viajó a Nueva York a viajar con la Pix Corporation y las Revistas Life y Norte. En 1948 fue enviado a Bogotá para cubrir la IX Conferencia Panamericana, justo a tiempo para registrar el "Bogotazo".


A finales de eso mismo año viajó a Palestina como observador de las Naciones Unidas; fue hecho preso tanto por los Israelíes como por los Palestinos. En 1951 se estableció en Bogotá, donde fundó galerías de arte que dieron a conocer a jóvenes como Fernando Botero. Cuatro años mas tarde creó el primer periódico colombiano en lengua inglesa, el Colombian News Letter. En 1958 colaboró con varias revistas venezolanas, y en 1961 realizó reportajes sobre Perú y Chile para el Saturday Evenning Post. El gobierno venezolano lo designó fotografo oficial del Palacio de Miraflores en 1977.

A partir de 1981 se realizaron varias exposiciones retrospectivas de su obra, desde el "Primer Salón de Fotografía de Caracas", hasta muestras en el museo de arte moderno de Bogotá(1988), el museo La Tertulia de Cali y El Ateneo de Caracas.
En 1992 bajo la curadería de su hija Alejandra Matiz y Noris Lazzarini, se realizó en Milan la primera retrospectiva europea de sus fotografías, acompañada por la publicación del libro Leo Matiz "Fotografías". El centro internacional de Fotografía en Nueva York, le rindió homenaje a principios de 1944.
FUNDACIÓN LEO MATIZ
En abril de 1988 de la mano del periodista y escritor Miguel Ángel y Alejandra Matiz, nació la fundación Leo Matiz, una organización que busca preservar y divulgar nacional e internacionalmente la obra de este fotógrafo colombiano. La fundación que surgió por iniciativa propia de Matiz preserva un archivo de cientos de fotografías, negativos, caricaturas, pinturas y cámaras de este artista, así como fotogramas del cine mexicano de los años cuarenta, y del cine venezolano del setenta de su propiedad.

La fundación ha realizado exposiciones itinerantes y temáticas de la obra del fotógrafo en Europa, Asia y América, sin dejar a un lado las actividades académicas que permitan dar a conocer no solo el trabajo del artista, sino realizar foros, conferencias y conversatorios sobre fotografía. Asimismo, ha buscado acompañar las muestras con catálogos escritos por expertos y periodistas, realizar visitas guiadas, y organizar ciclos de cine en los que se exhiben películas en las cuales participó Matiz.
La promoción internacional de la obra de Leo Matiz obtuvo durante el 2008 uno de sus éxitos mas resonantes, cuando cuatro fotografías del reportero colombiano, fueron incluidas en la colección fotográfica del museo de arte moderno de Nueva York, Moma y exhibida en la reciente muestra de esa institución denominada "Nuevas adquisiciones latinoamericanas".
DILIA TODARO, UN PERSONAJE EN LA VIDA DE MATIZ
Dilia Todaro fué quizá la persona que más cerca estuvo del maestro de la fotografía leo Matiz

En la foto de Izquierda a derecha: Dilia Todaro, Gia Todaro y Herminia Decola de Todaro, en una ceremonia realizada en el Patio Mágico de Gabo y Leo Matiz de propiedad de Dilia Todaro en Aracataca
¿Qué caracteriza la fotografía de leo Matiz?, le pregunto a Dilia Todaro una persona que significó mucho en la vida del gran maestro:
"Algo que la caracteriza, y a mi me ha maravillado, es que en cada imagen tu percibes tres cosas: Que él les pone la cabeza, el ojo y el corazón, y parece mentira como logra esta fuerza en sus imágenes. Yo lo vinculo mucho a un movimiento que ahora estamos agrupando como fotografía humanista, que tiene grandes prepresentantes como Paul Strand o Manuel Alvarez Bravo, que tienen acercamientos a los personajes que aparecen en sus fotos, no de manera invasiva, sino un acercamiento muy humano, de hablar con ellos, de ganarse la confianza y encontrar la oportunidad única de retratarlos de manera mas natural. Por otro lado está un artista muy informado de las últimas tendencias en el panorama internacional, y lo refleja de sobra".
¿Cuáles fueron sus temas más recurrentes?
"La clase trabajadora, le interesó mucho acercarse a la gente pobre, a los desposeidos, a la gente que sufría, así lo percibes en su obra y por eso es que tiene tanta fuerza, pero por otro lado también refleja su medio natural. Es curiosos porque en el momento histórico que le tocó vivir, la fotografía no tenia un reconocimiento como arte. Sin embargo Leo Matiz si se reconocía como artista y por eso se vinculaba sin complejo con los grandes pintores y muralistas mexicanos. Él a su llegada tenia una gran relación con José Clemente Orozco, porque él quería ser pintor, por eso se acercó de manera muy natural a este grupo de intelectuales, de actores, de pintores y de músicos, y eso se ve retratado en su obra".
En la reseña oficial de la exposición se señala que él perteneció a una generación de foto reporteros que renovaron la escena del arte fotográfico no solo en Colombia.
¿En qué consistió esa renovación y quienes fueron los otros integrantes de esa generación?
"Durante la Segunda Guerra Mundial, época en la que vivió Matiz, no había televisión para que la gente se olvidara de los horrores de la guerra, entonces se encontraba un divertimiento en las revistas ilustradas. A la gente le gustaba enterarse por medio de imágenes de otras realidades, de tal suerte que los medios impresos permitieron a los reporteros gráficos publicar no solo una foto sino varias series de imágenes.
Por otro lado, el compromiso con el oficio se dió a otro nivel. Al tener posibilidad de publicar más imágenes, se vieron en la necesidad de involucrarse más en los temas, a eso nos referimos con la renovacion de este movimiento. Como representante de esta renovación tenemos a Héctor García, Salas Portugal, Agustín Jimenez, Luis Márquez, Juan Guzman y varios de los fotógrafos europeos que llegaron a México huyendo de esta guerra como los hermanos Mayo. Fue un escenario donde convivieron varias generaciones y diferentes experiencias que generaron un cambio".
¿De donde proviene el título de la exposición?
"La frase viene del mismo Matiz, de una entrevista que le hace un periodista colombiano en un momento particularmente duro de su vida, porque lo habían asaltado para robarle en Bogotá, y de la golpiza perdió el ojo con el que miraba a través de la cámara, y también era muy reciente la muerte de su hijo. Conforme va respondiendo a las preguntas, él dijo:
"Mi vida ha sido dura por mi drama personal, y por el momento histórico que me tocó vivir, pero tambien he sido testigo de grandes acontecimientos... quizás mi misión es dejar registro de esto, no puedo detenerme porque he venido a mirar el infinito".
Yo me quedé con es última frase que es ambigua y profunda. Lo único que hicimos fue cambiarle la conjugación para que tuviera más fuerza"
Además de fotógrafo, Leo Matiz fue pintor y caricaturista, ¿Qué caracterizó sus trabajos en estos campos?
"Quizás una capacidad muy especial de observar. Yo creo que su primera incursión a nivel creativo, que fue la caricatura política, le dió dos características: Por una lado, observar la realidad y representarla por medio del dibujo, pero esa representación se hace desde un humor muy agudo, desde la sátira, entonces yo creo que esos son dos elementos muy importantes, su capacidad de observación, y representar la realidad de una manera muy inteligente, con una intención política de crítica".
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